
La IRA es una de las emociones básicas universales ligada a la supervivencia. La IRA tiene partes positivas (movilidad de energía, defensa y establecimiento de límites), el problema de energía de la IRA es cuando se activa ante estímulos insignificantes para la supervivencia, es entonces cuando se convierte en negativa y crea problemas con nosotros y el entorno. (Cuando una emoción se convierte en tóxica)
A esta emoción, y en general al ENFADO, le dedicaremos varios días y varios capítulos debido a la influencia que suele tener en nuestra vida y a su capacidad de destrucción. El ENFADO es la emoción más destructiva.
Si queremos vivir libres de enfado, o al menos entenderlo para hacerle frente de una manera adaptativa, necesitaremos conocer profundamente sus causas, sus manifestaciones, cómo prevenirlo y cómo solucionarlo.
El enfado tiene muchísimas versiones e intensidades y sus causas externas son variadas, nos podemos enfadar con una persona, un grupo, una circunstancia, un objeto, o incluso contigo mismo o con la vida en general.
El ENFADO y la IRA son emociones que se caracterizan por un rechazo hacia el modo de ser de las cosas.
Cuando surge el ENFADO el amor, la felicidad y los buenos momentos desaparecen en un segundo. El ENFADO aniquila todo lo que se ha construido. La felicidad y el ENFADO no se pueden dar al mismo tiempo. Esto tan dañino tiene una vertiente positiva, si el ENFADO y la felicidad son incompatibles quiere decir que si cultivamos la felicidad en nuestras vidas no habrá sitio para el enfado.
Igual que pasa con otras emociones, el ENFADO se retroalimenta, de forma que cuanto más nos enfadamos más oscuro vemos todo y cuanto más oscuro mayor es la sensación de separación, nos alejamos cada vez más de los demás y de la felicidad.
Si dejamos que las emociones negativas tomen el control de nuestro estado mental nos convertiremos en esclavos de nuestras propias emociones y esto nos llevará a un gran sufrimiento.
INCONVENIENTES DEL ENFADO.
• El enfado es sufrimiento. Cuando nos enfadamos parece que nuestra mente, todo nuestro yo, se convierte en enfado. No nos vemos como algo separado de nuestras emociones porque las sentimos de manera tan fuerte que eclipsan nuestro verdadero yo.
Como ya hemos hablado en otras ocasiones, nuestra mente, nuestro yo, es una pantalla en blanco donde se proyectan las emociones. Nosotros somos algo distinto a las emociones que nos asaltan.
Las emociones, y en este caso el enfado, son impermanentes y distintas a la pantalla en la que se proyecta. Sólo cuando las contemplamos como algo distinto e integramos los mecanismos para solucionarlas podremos ver las cosas con claridad y podremos elegir con libertad, libre de nuestros patrones.
(Recordemos los 7 pasos para afrontar las emociones difíciles: 1) Pararse. 2) Respirar hondo, serenarse. 3) Tomar conciencia de la emoción. 4) Aceptar la emoción. 5) Darnos cariño (autocompasión). 6) Soltar la emoción, dejar ir. 7) Actuar o no, según las circunstancias.) (Ver más….”Gestión emocional. Cómo afrontar las emociones“)
• El enfado afecta a nuestra salud. Como ya sabemos, las emociones repercuten directamente en la salud del organismo. Todos los sistemas de nuestro organismo se ven afectados cuando emocionalmente no estamos en equilibrio pero especialmente sufre el sistema inmunológico, bajan las defensas y estamos más débiles frente a virus y bacterias.
• El enfado genera problemas futuros. El enfado no soluciona nada y crea más problemas y más enfados en el futuro.
Cuando actuamos desde el enfado se nos cierran muchas puertas porque la gente genera hacia nosotros una actitud negativa, la confianza que tienen en nosotros se va perdiendo.
El primer paso para convertir la energía de los enfados en nuestro aliado es ser consciente de él.
• El enfado enquista el pasado. El enfado destruye todo lo conseguido hasta el momento.
En ocasiones creemos que el enfado puede solucionar cosas que han pasado ya pero esto es un error, lejos de solucionar cosas impedirá que aprendamos de los errores y mejoremos porque nos quita la claridad mental para analizar correctamente lo sucedido.
• El enfado enturbia el momento presente. En el mismo momento en el que surge el enfado, antes de poder ver los efectos, ya está causando problemas en el organismo y en el sistema nervioso y energético.
El tono de voz se altera, el corazón y la respiración se aceleran, la mente queda eclipsada por la emoción y sólo se puede ver lo negativo de la situación.
Puesto que el enfado es una energía caracterizada por el rechazo, la aversión, la agresividad y la hostilidad, la reacción de la gente será de rechazo y oposición a esta actitud ofensiva.
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